lunes, 8 de abril de 2024
martes, 2 de abril de 2024
Frank Duff
Frank Duff y el servicio legionario
Frank Duff y el Ecumenismo
Frank Duff y la Sociedad de San Vicente de Paúl
El secreto de Frank Duff en la Sociedad de San Vicente de Paúl
Oración para la Beatificación
Dios Padre nuestro, tu que inspiraste a tu Siervo Frank Duff, con un profundo entendimiento en el misterio de tu Iglesia, el Cuerpo de Cristo, y el lugar de María la Madre de Jesús en este misterio.
Queriendo compartir esta comprensión con los demás y en filial dependencia con María el formó la Legión, para ser un signo de su amor maternal por el mundo y un medio de enlistar a todos su hijos en la obra evangelizadora de la Iglesia.
Nosotros te agradecemos Padre, por las gracias concedidas por él y por los beneficios recibidos a la Iglesia desde su valiente y ardiente fe.
Con plena confianza te pedimos que a través de su intercesión nos conceda la petición que ahora ponemos ante Tí...
También te pedimos Padre que si es en conformidad con tu voluntad, la santidad de su vida sea reconocida por la Iglesia para la gloria de tu Nombre. Por Jesucristo Nuestro Señor
Agradecemos nos envíen la información de algún favor recibido por la intercesión de Frank Duff
El Concilium, Legión of Mary,
Frank Duff
Tuvo dos hermanos y cuatro hermanas. La familia fue profundamente cristiana y unida, consolidada en una tradición arraigada de fidelidad a la Iglesia y a su tierra natal que todavía estaba bajo el dominio extranjero. El frecuentó el Colegio Belvedere de los Jesuitas y después la Escuela de Blackrock, de los padres del Espíritu Santo dónde terminó brillantemente su formación intelectual. El padre se retira por enfermedad y Frank se encarga de sostener a la familia. Gana el primer lugar en un concurso nacional para el Ministerio de las Finanzas.
Edel Quinn
ORACIÓN
Edel Quinn, nació en Irlanda el 14 de septiembre de 1907. Por equivocación se le dio el nombre de Edel. El deseo de sus padres fue que se llamara Adela, pero el sacerdote que la bautizó entendió “Edel”/ alusión abreviada a la preciosa flor de los Alpes que los alemanes llaman Edelweiss.
En realidad, todo había de ser fantástico en la vida de esta muchacha irlandesa, natural del condado de Cork. En el colegio fue capitana de criket, se distinguía como excelente jugadora de golf y de tenis y por su habilidad en el baile.
El propósito de Edel, de hacerse religiosa clarisa tropezó con el serio obstáculo de una enfermedad por la cual el médico ordenó dieciocho meses de descanso, que los cumplió en un sanatorio. Cumplido el término de su curación, reanudó su vida normal y poco después, en una peregrinación a Lourdes, organizada por la naciente Legión de María, conoció las excelencias de esta organización.
A su regreso a Irlanda entró como miembro activo de la Legión de María; más tarde la nombraron Presidente de un Praesidium o centro de ese movimiento misionero. El alma generosa de Edel quería darse de lleno a María al servicio del Cuerpo Místico de la Iglesia, sus deseos fueron realizados cuando el Concilium Mariae Legionis (Consejo Supremo de la Legión ) la nombró enviada de la Legión al África Central.
En Mombasa desembarcó el 13 de noviembre de 1936, y a despecho de su enfermedad y de diversos obstáculos, logró establecer la primera Curia o Consejo de la Legión en Nairobi en el mes de abril de 1937. De Vicariato en Vicariato llevó su mensaje legionario hasta llegar a !as islas Zanzíbar y Mauricio en el Océano Indico.
El Vicario Apostólico de Zanzíbar escribía:
Edel es una muchacha extraordinaria, valiente, decidida, llena de celo y muy optimista. Ha recorrido grandes extensiones del territorio del África. De entre los misioneros que conozco Edel Quinn, es ella quien posee más experiencia que ninguno, constituyendo la gloria de su país.
Después de ocho años de apostolado admirable, que en realidad parece una novela, Edel Quinn, cayó herida de muerte, como el soldado heróico en el frente de batalla. Exhaló su último suspiro el 12 de mayo de 1944 a los 37 años de edad. A pesar de la extremada debilidad de su cuerpo, y desahuciada por los médicos, por la tuberculosis, hizo ver hasta que grado de heroísmo debe llegar todo legionario y en breve se convirtió en una figura legendaria.
El Cardenal Secretario de Estado de Su Santidad envió un cable del Vaticano a Dublín, centro de la Legión, comunicando la noticia de su sensible fallecimiento.
Mons. Leen, Arzobispo de la Isla Mauricio escribe de ella: “Estoy convencido de que no tardará en introducirse su causa de beatificación y canonización”. La vida espiritual de Edel Quinn, llegó sin duda alturas heroicas.
El triunfo alcanzado por sus esfuerzos fue sencillamente maravilloso y aún me atrevería casi a calificarlo de milagroso, frente a las dificultades con que se encontró y cuya superación exigió de ella, un valor verdaderamente heróico.
El proceso canónico se encuentra ya en Roma, con óptimas perspectivas. Las gracias que se atribuyan a su intercesión pueden enviarse a:
El Concilium, Legión of Mary,
Alfonso Lambe
Alfie Lambe, su importancia para la Iglesia universal y la Legión de María
del Siervo de Dios
Alfonso Lambe
Agradecemos envíen la información de algún favor recibido por la intercesión de:
Alfonso Lambe
mailto:Concilium@legion-of-mary.ie
Tel: +353 1 872 3153 Fax +353 1 872 6386
Dios le había concedido grandes dotes naturales, una personalidad que atrajo almas al servicio y al amor del Dios, un entusiasmo contagioso, y una facilidad para aprender los idiomas, que le permitieron lograr rápidamente fluidez en español y en portugués.
Durante su estadía en América del sur él fundó una gran cantidad de ramas de la Legión de Maria, y entrenó a una gran cantidad de apóstoles en la Legión. Su devoción a Maria fue excepcional, y en sus contactos con los legionarios les explicaba e impulsaba la práctica de la Verdadera Devoción a Nuestra Señora.
Lo enterraron en el mausoleo de los hermanos cristianos irlandeses, en el cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires.
lunes, 1 de abril de 2024
Allocutio Concilium Legion de María marzo 2024
Allocutio Concilium Legión de María
La Encarnación, el Ángelus, El Acies
P. Paul Churchill, Director Espiritual de Concilium
No podemos pasar nunca por alto la importancia de la Encarnación. Es el
gran momento de la historia en el que Dios, se unió a su Creación y habitó entre
los hombres, incluso entre los animales, viviendo con un cuerpo hecho del barro
de la tierra. El Te Deum de la Iglesia lo expresa así: "Cuando tomaste
nuestra naturaleza para salvar a los hombres, no rehusaste nacer en el seno de
la Virgen".
Esa palabra "anonadarse" evoca en mí el siguiente pensamiento.
No nos resulta fácil comprender lo que este paso supuso para Dios. Puedo
sugerir como posible imagen actual que podría arañar la superficie de lo que
esto significó para Dios: si alguien que vive un cómodo estilo de vida de clase
media en el 1er Mundo optara por vivir en Haití o Gaza o Sudán. ¿Veo alguna
mano levantada en esas comunidades para dar ese paso? Lo que hizo nuestro
Señor, al venir entre nosotros para ser tratado tan vergonzosamente como lo
hizo, fue realizar un acto aún más humilde que el que podría hacer una persona
acomodada al trasladarse a uno de los países más pobres. Pero, para demostrar su
compromiso, eligió nacer en un establo y morir en una cruz. Como comentaba
santa Catalina de Siena, sólo un gran amor puede explicar que alguien dé un
paso así.
La Segunda Persona de la Santísima Trinidad, al hacer la voluntad de su
Padre, contó también con la ayuda de la Tercera Persona de la Trinidad, el
Espíritu Santo de amor. Ese Espíritu creó un lugar para que la Segunda Persona
se posara y se conectara. La conocemos como María. Como señaló Frank Duff, ella
está tan cerca del Espíritu Santo de amor que, sin dejar de ser pura criatura,
es la expresión perfecta del Espíritu Santo. De este modo, el Espíritu Santo
preparó en María, el lugar adecuado para que el Dios que llegaba pudiera aterrizar
suavemente y hacer su morada entre los hombres. Ella, con su acogida y su amor,
hizo que se sintiera como en su casa, ayudada naturalmente por San José.
Celebramos este gran acontecimiento en la oración que llamamos el
Ángelus. Es la oración que conmemora el gran acontecimiento de la historia, el
momento en que Dios, afirmó su Creación y a nosotros mismos. En cierto modo, eso
es lo que celebramos en Navidad, a Dios entre nosotros. Pero el momento de
mayor genialidad es la Encarnación, la mayor obra de ingeniería, el momento de
la unión hipostática, cuando Dios, se conectó con nosotros y comenzó a compartir
nuestro camino.
Para nosotros, ovejas descarriadas, tiene que ser nuestro momento
redentor. Nos da el ancla firme de la fe y la esperanza de que Dios, amó tanto
al mundo que nos envió a Jesús. Y el Ángelus nos brinda cada día la oportunidad
de reflexionar sobre ello y dar gracias a Dios, por el don que nos ha ofrecido.
No estoy pasando por alto la muerte y la Resurrección de Cristo, sino que son
la continuación de ese primer paso de Cristo entrando en nuestro mundo. Ese
"Heme aquí Señor, vengo a hacer tu voluntad" de Hebreos (10,5-10)
comienza radicalmente en ese descenso del Cielo de la segunda Persona de la
Trinidad y continúa a lo largo de toda su misión. Y con Él, en esa misión, la
Creación adopta una disposición semejante por medio de Aquella que representa
la Creación y la Humanidad: "Hágase en mí según tu palabra".
Por eso es muy apropiado que nosotros, en la Legión, hagamos también
nuestro gran acto de compromiso en ese día, es decir, la fiesta de la
Encarnación, o tan cerca de ella como sea posible. El Acies, la gran ceremonia
anual de todos los legionarios, nos brinda la oportunidad de unirnos a María en
su acto de cooperación total con el Dios entrante. Uniéndonos a ella e
identificándonos lo mejor posible con su fiat, también nosotros nos abrimos al
Dios entrante para que pueda encarnarse en nosotros. Como diría San Patricio, a
quien celebramos hoy: "¡Cristo en todos los ojos que me ven, en todos los
oídos que me oyen, en todos los corazones que piensan en mí!". Cuanto más
ofrezcamos a María nosotros mismos, mejor se hará realidad en nuestro mundo
todo lo que Cristo significa.
"Soy toda tuya mi Reina y Madre, y todo lo que tengo es tuyo".
Esa es la disposición de todos en la Legión de María. Permitimos que Ella,
entre nosotros, que sabe mejor cómo responder a Dios, tome nuestra ofrenda y la
utilice para la gloria de Dios. Acudimos a ella porque, en cierto modo, somos
indignos de acudir a Dios. Queremos imitar lo mejor posible la humildad de
María. Sabemos que tenemos muy poco. Pero también es justo que nosotros, que
somos miembros pecadores de la Creación, nos alineemos con Ella, la sin pecado
de la humanidad, que, en nombre de todos nosotros, dijo "Sí" a Dios.
Ella, que organizó a los sirvientes en Caná, puede tomar nuestra ofrenda de
agua y hacer que su hijo la convierta en el mejor vino.
Por eso, os pido a todos que celebréis el Acies con la mejor disposición e intenciones. E incluso si sois conscientes de que vuestros corazones no son perfectos, ofreced vuestro servicio a Ella, refugio de los pecadores, porque, al fin y al cabo, Ella es la que hizo posible que Dios viniera entre los hombres e hizo que Nuestro Señor convirtiera el agua en vino. Ella puede hacerlo por todos nosotros. Amén.
Elogios del Rosario por Santos e Insignes Varones 22 enero 2024
EL SANTO ROSARIO